todo sonaba como tu, herido, pero lleno de esperanza.
Te debo todas mis palabras quiero invocarte con mi voz cascada y fumar hasta trazar con humo tu paisaje, no sería quien soy sin ti, lo diré una vez más, me enseñaste como abrazar a las tinieblas y hallar en ellas destellos de luz, una felicidad intermitente en el camino inexorable.
Lo más bello se oculta en las entrañas de lo oscuro y el dolor es el hermano de la dicha.
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